Quiero un rayo de sol en mi ventana
que no pida permiso para entrar.
quiero un ave que muy de madrugada
venga a darme el buen día al despertar.
Quiero tu mano, Señor, sobre mi espalda,
que me empuje y me ayude a caminar.
Quiero sentirme viva en la mañana,
no una sombra que quiere deambular.
Viviana Ferro
1 de junio de 1993
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