Tú que todo lo sabes,
tú que todo lo puedes,
tú que diste la vida
por nosotros aquí...
Oh! Señor de los cielos
dame un poco de luz,
ilumina mis días
para sentirme viva.
Imperfecta, incompleta,
miserable y esquiva,
hoy mi alma perdida
te suplica la brisa
de tu corazón puro.
Viviana Ferro
Febrero de 1993
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