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jueves, 19 de enero de 2017

RELATOS ADOLESCENTES. PARTE I

Agosto de 1985


     Quisiera poder salir, sin rumbo, sin dirección, y caminar sin parar. Caminar, solamente eso, sin pensar, como un sueño. Y al regresar, o al despertar, encontrarme conque todo es distinto, conque todo ha cambiado. Sentir que soy Felizzzz!
Felicidad... ¿qué es la felicidad? Es difícil decirlo. La sentí cuando hice cosas que me gustaban, cuando me sentí querida. Pero es otra felicidad la que busco, es otra la felicidad que necesito, es la que se siente al encontrarse con la mirada del otro; al palpitar y estremecerse cuando pasa tan cerca que podemos sentir el olor de su piel; al desear un abrazo, un beso... y tenerlos, y sentirlos cargados de amor; al escuchar que nos dicen "te quiero" y al vivir únicamente por el amor que compartimos.
Todo esto lo deseo tanto. Más que desearlo,lo necesito tanto. A tal punto, a tal extremo que creo que no voy a poder seguir viviendo si ese "príncipe azul" no aparece muy pero muy pronto.
Quisiera que nadie, solamente Dios, leyera jamás esto que hoy escribo, porque es algo que solamente yo entiendo, porque es un sentimiento, un dolor, una esperanza que están muy dentro de mí.
Si alguien lo leyera, aunque comprendiera lo que siento, estoy segura que diría: "No te preocupes, al amor no hay que buscarlo, sin que vos lo pienses, aparecerá el día menos esperado". Y estas palabras, que sentí millones de veces, no sé por qué, pero cada vez que las vuelvo a escuchar, me hacen más daño.
Necesito sentirme mujer o, mejor dicho, convertirme en mujer. Llenar este vacío, esta soledad que cada día se hace sentir más. Conocer el amor.
¿Es algo tan difícil, tan imposible lo que pido? o ¿es que eso está prohibido para mí?

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